Editorial, Estrella de East Hampton
30 de enero de 2025
Entre las organizaciones sin ánimo de lucro del East End que se encontrarían en una situación financiera desesperada si se cortaran abruptamente los fondos federales está Retreat. El Retiro tiene aquí un refugio para víctimas de violencia doméstica, pero hace mucho más. Ofrece asesoramiento y ayuda jurídica a quienes se enfrentan a agresiones sexuales, acoso y trata de seres humanos. El dinero federal cubre alrededor del 40% del presupuesto anual de la organización, de aproximadamente $5 millones; si la orden ejecutiva del presidente resiste las impugnaciones de los tribunales, el plan podría suponer importantes recortes para el refugio, dejando inmediatamente a los supervivientes sin opciones, dijo el grupo esta semana.
Merece la pena examinar más de cerca lo que hace el Retiro para comprender la profundidad del daño que supondría la congelación de la financiación. El refugio en sí proporciona hasta 90 días de alojamiento seguro, comida, ropa, cuidado de niños y asistencia para la gestión de casos a adultos y niños que han sufrido violencia doméstica y pueden estar en peligro inminente. El centro cuenta con personal las 24 horas, cámaras de seguridad y una formidable verja. Además del refugio, el Retiro gasta más de $1 millón al año en asesoramiento. Incluso ofrece "estilismo profesional" a los clientes que empiezan una nueva vida. Hacer todo lo posible por ayudar a las víctimas es la misión de la organización, y mantener su financiación podría significar literalmente la vida o la muerte para las víctimas de abusos.
Por el momento, un juez de distrito de Estados Unidos ha suspendido la orden ejecutiva del presidente. Los expertos jurídicos afirman que la orden de financiación violaría la Constitución, que otorga al Congreso el control del gasto. Se espera que los presidentes se aseguren de que el dinero se gasta de la forma indicada por la Cámara de Representantes y el Senado. El abuso del gasto federal mediante la retención de gastos fue objeto de una ley del Congreso de 1974, la Ley de Control de Embargos, después de que el Presidente Richard Nixon intentara impedir que la Agencia de Protección del Medio Ambiente aplicara, entre otras, la normativa sobre aguas limpias. Después de que la ley se convirtiera en ley, se ordenó a los presidentes que pidieran permiso al Congreso para alterar sus planes de gasto, siguiendo un procedimiento específico; el presidente Trump no prestó atención a la Ley de Confiscación, si es que siquiera sabía lo que se suponía que debía hacer. Ahora puede que haga falta una sentencia del Tribunal Supremo para solucionar este embrollo.
Para el Retiro, la perspectiva de un gigantesco recorte de fondos es casi existencial. Cualquier reducción de sus programas podría poner a los supervivientes en mayor riesgo de sufrir daños o incluso de morir. Si los tribunales mantienen el recorte de fondos de Trump, el Retiro, como tantas otras organizaciones sin ánimo de lucro, tendría que enfrentarse a decisiones casi imposibles. En el peor de los casos, la comunidad debe estar preparada para intervenir, de formas grandes y pequeñas. Considere la posibilidad de comprar en cualquiera de las excelentes tiendas de segunda mano del Retiro, iniciar una campaña de tipo GoFundMe, o cavar profundamente en los bolsillos profundos para mantener sus programas esenciales en marcha.